Actividad sincrónica: #4.6

 

Círculo de lectura: Temas difíciles, la muerte.

 

4.6 Vamos a cruzar los géneros. A partir del texto El pato y la muerte, hagan un poema. Y por el otro lado, a partir del poema Elegia hagan un cuento, tratemos de que lleve la estructura del libro álbum.

Cuento Elegia

 

Con las manos cargadas de piedras y las piedras cargadas de furia, lanza una tras otra que en vuelo rugen como relámpagos sedientos de catástrofe y, pronto, las piedras golpean las nubes desatando fieras lluvias que se llevan hasta los pétalos de las amapolas: él es una amapola.

 




Lamenta la pérdida de su amigo, de su hermano, del sentido de su vida que partió sin previo aviso a causa de un homicida invisible. Lamenta su impotencia pues ni siquiera la tierra en la que ahora descansa puede proteger.

 


La lluvia lo empapa, la lluvia ahoga sus pulmones, la lluvia ahoga su voz o, es acaso, ¿el dolor? Brillan las grises nubes iluminadas por relámpagos blancos que se torna morados y luego azules o amarillos que juegan entre ellos mezclando sus colores, pero… No es bello, no lo puede ver bello, pero sí ve las heridas que los relámpagos crean en el cielo y aquellas, ni juntándolas, se compara con la herida de su alma.

 


La lluvia lo sigue sin cesar, no para, y le roba el calor del cuerpo y del respiro y no encuentra forma alguna de recuperarlo, mira a las nubes pero no implora piedad, y de nuevo otro relámpago ilumina los cielos y ve a las aves de la muerte danzando en los aires; la muerte está volando. La muerte sale temprano y se acuesta tarde.

 


 Y grita a las aves pues el aire perdido lo recupera de golpe y sus alaridos resuenan más que los relámpagos “¡No perdono a la muerte!” “¡No perdono a la vida!” “¡No perdono a la tierra!”. Aborrece a la tierra que custodia el cuerpo de su amigo, a la tierra que ahora los separa y sin reparo se lanza contra ella dando puños y patadas y al ver que la tierra se resiste con fuerza clava los dientes en ella.

 


Una y otra vez, a fuerza le exige la presencia del cuerpo de su amigo. Piensa liberarlo de las ataduras de la tierra, llevarlo consigo a sus campos donde las flores no pierden sus pétalos y donde comerá de su higuera tantos frutos como quiera; volverá a las cercas de los enamorados y, a él la presencia de su amigo volverá a iluminarle los ojos y borrará las sombras de sus cejas.

 


El latido de su corazón lo llamará y volverán a hablar de muchas cosas frente al almendro y a las rosas. Pero la tierra no cede, y ahora pesa más la muerte que su vida.


El Pato y la muerte

Aquel pato, sintiéndose extrañado

Giro de medio lado,

¿Quién eres? preguntó

Soy la muerte, afirmó

Desde que naciste te acompañe

Y jamás te deje.

 

Estuve esperándote hasta que llegara el día

Dijo sonriendo como si fuera una dulce melodía

Si no fuera porque es la muerte, luciría simpática.

 

El pato va a la laguna

Y junto a la muerte se bañan bajo la luna

La muerte siente frio

pero las alas del pato lo acurrucan con todo el amorío.

 

El alba aparece

Y el pato amanece

Feliz de que sigue vivo

Pero a su mente llega un pensamiento exclusivo

Algunos dicen que los patos van al cielo o al infierno

Y le pregunta a la muerte si esto es cierto

Interesante idea, dice el externo

Pues ni siquiera él sabe pues esto es incierto.

 

Pasaron las semanas

Y el pato ya no tenía las ganas

Se sentaban en el pasto y casi no hablaban

Tengo frio dijo el pato mientras se miraban

La nieve cayó

Y el pato se desmayó

Poco a poco su aliento comenzó a parar

Hasta que dejó de respirar

La muerte demasiado triste

Pues su amigo ya no existe

Posa su cuerpo en aquel rio

Y ve como se aleja en el recorrido

 

Que doloroso es tener una partida

Pero así es la vida.




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